- Eduardo Moyano, Catedrático del CSIC, Sociólogo, Ingeniero Agrónomo y asesor científico en la Fundación Ximénez, establece el paralelismo y confluencia de teoría y acciones entre la Cumbre del Clima y el Seminario sobre Transición Ecológica que se celebró por Ximénez en Puente Genil. Un tema de actualidad y muy oportuno sobre el que reflexionar.
La Cumbre por el Clima (COP 25) celebrada en Madrid ha tenido serias dificultades para alcanzar un compromiso político sobre la aplicación de los Acuerdos de París (COP21), que deben entrar en vigor el próximo año 2020 y que representa un ambicioso programa de reducción de los gases de efecto invernadero.Tampoco el Consejo Europeo del 12 de diciembre en Bruselas ha podido alcanzar un acuerdo sobre este tema, debido a la oposición del gobierno de Polonia, que exige garantías compensatorias para llevar a cabo el cierre de sus centrales térmicas de carbón. Estos dos hechos muestran las dificultades de los gobiernos para alcanzar acuerdos en un tema tan complejo como éste del cambio climático, donde se tienen que abordar cambios de gran importancia en nuestro modelo productivo, y son muchos y diversos los sectores e intereses que deben ser conciliados.Tampoco las movilizaciones de los grupos ecologistas y de la población en general, ni la solvencia de los informes científicos, siendo necesarias, no son suficientes para avanzar en tan delicado asunto.Ante esa abundancia de palabras y de discursos, pero de ausencia de acciones concretas, muchos se preguntan ¿qué hacer? Y la verdad es que se pueden hacer muchas cosas, y de hecho ya se están haciendo, desde la propia sociedad civil en el campo de la transición ecológica, y más particularmente en el sector de la eficiencia energética.Sin esperar a la puesta en marcha de las grandes políticas sobre cambio climático, que, como he señalado, se hacen esperar por las dificultades de su aprobación, el mundo empresarial está comenzando a introducir cambios significativos en sus estrategias productivas. Y no sólo por una cuestión de responsabilidad social corporativa, sino porque ven los efectos del cambio climático como una amenaza a medio plazo para el desarrollo de su actividad (al comprobar el deterioro de los recursos naturales) y también porque ven en el “greening” una oportunidad legítima de negocio.
En una economía de mercado, el papel de las empresas es fundamental, por lo que, sin su implicación, difícilmente se podrá avanzar en la transición ecológica. Por ello, sean bienvenidas las iniciativas empresariales destinadas a la eficiencia energética.Más allá del motivo último que mueve a las empresas en la transición energética (reducción de costes, ampliación de mercados, oportunidad de negocio, legitimidad social…), lo importante es valorar el propio hecho de poner en marcha acciones que mitiguen los efectos del cambio climático sin esperar a que los grandes acuerdos políticos se traduzcan en políticas concretas.
Un buen ejemplo de ello es el Seminario “Transición energética en el sector del alumbrado público y de la iluminación decorativa y artística”, que tuvo lugar en Puente Genil (Córdoba) el pasado 12 de diciembre, organizado por la Fundación Ximenez. En ese evento se debatieron los grandes retos a los que se enfrentan los ayuntamientos en la transición desde las viejas lámparas incandescentes a las modernas LED, enmarcado todo ello en el marco regulatorio de la UE, y su traslación a la normativa nacional y andaluza, tema éste tratado en una de las sesiones del Seminario.Como señaló el profesor Guzmán Sepúlveda (Universidad de Málaga), y corroboraron otros expertos allí reunidos, la transición energética no consiste sólo en cambiar unas lámparas por otras para reducir el consumo de energía, sino en modificar el propio diseño del alumbrado para que el cambio mejore la luminosidad de las calles, plazas y avenidas de nuestras ciudades, y vaya todo ello en pro del bienestar de la población. Se expusieron los ejemplos de Málaga y Badajoz, como casos significativos de este proceso de transición en el ámbito del alumbrado público.Finalmente, se abordó en el Seminario el reto de la eficiencia energética que, en el campo de la iluminación decorativa y artística, viene desarrollando el grupo empresarial Ximenez desde hace ya varias décadas.El compromiso del grupo Ximenez con la eficiencia en el consumo de energía no es de ahora. Desde hace ya varios años, viene introduciendo tecnología LED, hasta el punto de que hoy casi el 90% de sus proyectos de instalación están ya basados en esta nueva tecnología, con efectos espectaculares en la reducción del consumo de energía (reducciones en torno al 80% respecto a lo que se consumía hace diez años en las grandes ciudades por este tipo de eventos).Según manifestó Carolina Medina, ingeniera de Ximenez, los retos futuros de este grupo empresarial pasan por seguir innovando no sólo en el diseño, sino también en el reciclaje de los productos utilizados (economía circular), así como en aprovechar las fuentes de energías renovables que ya existen en muchas ciudades donde llevan a cabo sus instalaciones de iluminación.Queda como asunto pendiente el tema de la “contaminación lumínica” y de la protección de la calidad de los cielos nocturnos, que tendrá que abordarse con realismo y siempre en sintonía con las directrices que emanen de los poderes públicos. Este es un asunto que afecta sobre todo al alumbrado público, pero que también conciernen a las empresas del sector de la iluminación decorativa y artística, por lo que deben planteárselo como uno de sus retos futuros.
De las palabras y discursos de las grandes cumbres internacionales, hay que pasar a los hechos de las acciones concretas, y qué mejor ejemplo que las emprendidas por el sector empresarial en el campo de la lucha contra el calentamiento global, la reducción de gases de efecto invernadero y la eficiencia energética.