La edad será el factor que determine los grupos diana que recibirán la vacuna contra la covid en la siguiente fase de la campaña, de forma que cuando se haya administrado a los mayores de 80 años que no viven en residencias se seguirá con los de más de 70, que serán citados por sus centros de salud.
Los destinatarios de las primeras dosis que llegaron a España de la vacuna de Pfizer y después con la de Moderna han sido los internos y trabajadores de las residencias de personas mayores y de atención a grandes dependientes, tras los cuales han empezado a ser inmunizados los sanitarios de primera línea.
Una vez culminado este grupo, y siempre dentro de esta primera etapa que se prolongará previsiblemente hasta marzo, se vacunará a sanitarios del ámbito hospitalario y de Atención Primaria no considerado de primera línea, al personal de odontología, higiene dental y otros que atienden a pacientes sin mascarilla durante más de 15 minutos y a grandes dependientes no institucionalizados.
Cuando acabe la primera fase llegará entonces el turno de los mayores de 80 años, el siguiente grupo diana contemplado en la estrategia de vacunación que, según indican a Efe fuentes próximas a la ponencia de Programa y Registro de Vacunaciones del Ministerio de Sanidad, ha establecido precisamente la edad como el factor determinante a la hora de delimitar los colectivos diana.
Por ello, después de los mayores de 80, será el turno del grupo de entre 70 y 79 años; en ambos, se trata ya de personas que no viven en residencias y que serán citados nominalmente por sus centros de salud para no desperdiciar ni una sola inyección.
Queda por ver aún cómo se procederá con los colectivos que carecen de seguro público y aquellos pertenecientes a las mutualidades con financiación pública directa -MUFACE, MUGEJU e ISFAS-, las cuales se encuentran en proceso de negociación con el Ministerio, si bien las fuentes consultadas aseguran que no se les va a discriminar negativamente y van a ser vacunados contemporáneamente al resto.
En las próximas semanas, la ponencia también tendrá que ir perfilando el resto de grupos en función de sus patologías previas o el nivel de exposición al virus que tienen en sus trabajos.
«Luego se podría hacer un grupo de 55 a 64 años y dejar para el final a los que han tenido la covid, exceptuando si son de alto riesgo, que es lo que pasa ahora en las residencias», señala el experto, que aboga en todo caso por un «criterio uniforme en todo el país».
Si, como todo apunta, la ponencia dictamina que la vacuna de AstraZeneca no es recomendable para los mayores de 65 años al no haberse comprobado su eficacia en este colectivo por su falta de participación en los ensayos de la farmacéutica, la estrategia tendrá que pasar por reservar las de Pfizer y Moderna para este grupo de edad.
Así lo indican a Efe fuentes de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (Semfyc), que insisten en lanzar el mensaje que, aunque finalmente se opte por no aconsejar el fármaco de Astrazeneca a mayores de 65 años, ello no es porque sea menos segura, sino porque simplemente no se ha ensayado en este grupo y es necesario esperar los resultados de cuando se haga.
Lo cual implicaría que el 20 por ciento de la población que hay en España mayor de 65 años no puede aspirar de momento a esta vacuna, pero desde la Semfyc no creen que eso vaya a influir en el calendario vacunal, ya que existen otras alternativas. «Hasta ahora lo que nos está alterando el calendario de vacunación es el comportamiento de los laboratorios», subrayan.
En esta sociedad ven viable el objetivo marcado por los gobiernos europeos de vacunar al 70 % de la población a finales de verano, pero insisten en que eso puede ser así «si los laboratorios cumplen con las previsiones que teníamos inicialmente. Depende de ellos porque aquí tenemos capacidad de vacunación de sobra».
España ha marcado este martes su dato más alto de muertes desde la primera ola, con 724 en un día. Sanidad ha comunicado también 29.064 casos desde ayer, una cantidad que marca un fuerte descenso con respecto a días atrás.
El bajón en nuevos positivos tiene su reflejo en la incidencia, que disminuye por cuarto balance consecutivo. Ya está en 846,84 (el miércoles 27 llegó a marcar 899, el mayor pico registrado).