El salón principal de las Cien Luces, con un alumbrado en penumbra, ha sido el testigo de uno de los acontecimientos patrimoniales de la Mananta más relevantes, el hallazgo de la túnica Oller, por parte del empresario Miguel Rivas, en la casa -palacio de los Duques de Medinacelli, que ha adquirido recientemente.
Se ha procedido a la firma del acta notarial a través de la cual Rivas Aguilar entrega y cede la túnica a la Real y Pontifica de Jesús Nazareno, ante la presencia del alcalde, Sergio Velasco, el consiliario de la Cofradía, Don Juan Ropero, el secretario de la cofradía, David Gámiz y el presidente de la Agrupaión, Antonio Maíz.
Se trata de la “Túnica Oller” que durante años lució la imagen de Jesús Nazareno de Puente Genil y que tiene su origen en el siglo XIX, concretamente, en 1864. Fue realizada por aquel entonces por los sastres del taller Oller de Barcelona en el año 1864 “a instancias del hermano mayor José María Campos y Fernández quien, en compañía de Marcos Bajo y Pedro Rivas, se trasladó a Barcelona para encargar a esta prestigiosa firma una túnica que costó 20.000 reales (5.000 pesetas).
Tras la adquisición por parte de la empresa Inversiones Amsabe de Puente Genil de la casa palacio de Medinaceli situada en la calle Don Gonzalo, en pleno casco histórico, esta que encerraba una importante sorpresa patrimonial, pues en su interior se hallaba la que se considera la túnica más antigua del Nazareno de la localidad.
Miguel Rivas a petición de su esposa, María Ángeles Pachón, desde el primer momento tuvieron clara le intención de donar al Ayuntamiento tanto la túniva Oller como el archivo documental que custodia el palacio. Precisamente, una las joyas más preciadas pero desaparecida desde hace 90 años ha sido localizada en dicha casa-palacio, se trata de la conocida como túnica de Oller, datada en 1864, la primera documentada en los archivos de la Cofradía de Jesús Nazareno «El Terrible» de Puente Genil, y también la primera con la que se tiene constancia gráfica de la imagen.
Tras la adquisición del inmueble por el empresario Miguel Rivas, este, en un intento de resguardar algunos muebles que se encontraban en el patio porticado, abrió el cajón de un antiguo paragüero y envuelto entre unas telas, descubrió la túnica. Se puso en contacto con la Cofradía que atestiguó que es la indumentaria más antigua.