EL COVID-19 SIGUE SU ESCALADA
El peligro nos acecha, cada día va en aumento el número de personas que el COVID-19 atrapa en sus redes y lo lleva a su terreno. La única posibilidad de supervivir es ser un potente guerrero y luchar contra él para escapar de su propiedad y ganarle la batalla.
Mientras el corazón nos lata y tengamos un hilo de vida, aunque no está en nuestras manos poder paliar el dolor de las familias que han sufrido una perdida, si que nos unimos a ellas desde nuestra distancia ofreciéndole nuestro cariño y condolencia.
Los que estamos en un retiro obligado tenemos que ser todos consecuentes y solidarios, tener dominio sobre nuestra voluntad y quedarnos todos en casa para el bien de toda la comunidad. A los tiempos difíciles también les llega su fin y llegara el momento que este malévolo virus al encontrarse solitario, se canse de su asedio y muera para siempre.
Comprendo que estemos cabreados y dolidos por la ineptitud de los que están en primera fila que han estado ciegos y no han logrado ver lo que se nos avecinaba. Si se hubiera puesto un muro de contención se podía haber parado un poco al enemigo, entonces el ataque hubiera sido más leve y todos hubiéramos ganado con ello.
Que falte material sanitario para proteger a todo el equipo hospitalario que está sufriendo las mayores consecuencias hasta llegar al agotamiento, suministrando todo su conocimiento e incluso exponiendo su propia vida.
Que la persona de a pie no tenga tan siquiera guantes y mascarilla para poder protegerse cuando va a comprar lo necesario para poder subsistir, porque en las farmacias están agotadas y además un dilatado numero de lamentos que ahora no es momento de interpelar.
En este presente no nos valen las quejas, porque ellas no nos dan la panacea ni los medios de luchar contra este mal nacido virus. Ahora tenemos que mantenernos todos unidos para poder ganar en esta guerra sin armas que se nos ha presentado de sopetón. Esperemos que esto nos sirva de ejemplo para siempre y veamos con claridad que la “sanidad y educación” son fundamentales para mantener a un país en progreso.
Por si no teníamos bastante con el bicho que nos ataca sin piedad, ha traído tras él de reata otro mal que también arremete y se aprovecha de las personas más débiles e indefensas. Sanguinarios estafadores dotados de mala conciencia que se benefician de todos los que puede embaucar en estos duros tiempos que estamos atravesando. Van robando a diestro y siniestro, a toda persona mayor que cae en sus redes. Abuelos que tienen su descanso bien merecido por todo lo que han atravesado en su vida criando a sus hijos y levantando su país con el esfuerzo de su trabajo y ahora son las personas más vulnerables.
España es cordial y solidaria y en los aciagos momentos todos nos unimos como una piña para paliar los maléficos periodos que se presentan. La solidaridad se está percibiendo en estos tiempos tan duros que estamos atravesando. Llegan donativos de todos lados de excelentes personas que no dudan ni un instante ayudar al necesitado y todos según sus posibilidades están poniendo su granito de arena. Desde aquí os damos las gracias en nombre de todos los agradecidos por vuestra humanidad y apoyo.
Quedémonos todos en casa y acatemos rígidamente todo lo que nos aconseja sanidad porque esta es la única forma de poder romper la cadena del virus y empiece su descenso y así poder derrotarlo para el bien común.
Los que aun estamos por estos lares seamos también agradecidos por poder contarlo por ahora y seamos todos sensatos y solidarios y aguantar nuestro encierro con paciencia, porque lo más importante es que ganemos la batalla al enemigo y despues estemos todos para celebrarlo. Por eso
YO ME QUEDO EN CASA.
Puente Genil
26—3 –2020
Mª Teresa López Cosano.