HOY ES CATORCE DE AGOSTO
Hoy es catorce de agosto,
hoy es la noche esperada,
hoy toma el Duende a La Puente
por su cintura de agua.
Desde las tierras de Cádiz
despertó con la alborada y ,
atravesando olivares,
avanza a golpes de fragua.
Viene con paso seguro,
viene volcán la mirada,
viene a encontrar a su amante,
y La Puente le agasaja.
Se acerca el Duende,
lo anuncian la rebeldía y las ganas,
que el pueblo llora en flamenco
la herida por la que sangra
-ay, quién no tiene una pena
viva y quemando en el alma-.
Hoy es catorce de agosto,
claveles, camisas blancas,
pronto sobre el membrillar
suave gasa de plata,
los abanicos, jazmines,
el corazón se te ensancha,
está citando con versos
el Flamenco a la guitarra.
¡Y vuelve a ocurrir aquí!,
¡descúbranse!, ¡vuelve la magia!
La canícula él desoye,
poderoso y puro avanza:
el Duende sabe bien hoy
cuál es su templo y su casa.
Viene convocando ancestros,
viene acumulando magma,
viene a encender la noche
con la pasión y la raza.
Homenaje a “Fosforito”,
esa es la razón sagrada,
que siendo, sí, el más grande,
nació en tierras pontanas.
Y vayan ciñendo sus machos:
¡bajo la noche estrellada,
por ser su amigo y pupilo
hoy canta Julián Estrada!
Hoy es catorce de agosto,
hoy se suben a las tablas
la negrura de la mina,
el verdor de la serrana,
la milonga con su almíbar,
la bulería jerezana,
hoy desde una torre mora
-los libros “Anzur” la llaman-
caracoleará su embrujo
en bata flamenca y grana
una muchacha andaluza
sensual, rabiosa y alada,
mientras su cuerpo de junco
en el varón siembra llamas,
porque la sueña indómita,
porque la sabe brava.
Hoy es catorce de agosto,
claveles, camisas blancas,
noche de cante y de vino,
noche de baile y de magia.
Hoy toma el Duende La Puente,
es una noche sagrada:
don Antonio Fernández Díaz,
genio de sangre pontana,
basta nombrarlo y conjura
aquelarre de guitarras,
-¡como que viene a rendirlele
altad don Julián Estrada!-.
Y es que están desenfundando
,tiempo y volcán la mirada,
Manolo Silveria, el Grande,
Jesús Zarrías, cristal y llama,
Gabriel Expósito, que trae
a Córdoba en notas de agua,
Alejandro Hurtado, Bordón
en hilos de luna y zambra,y Mariano Delgado,
huerta, caudal y calma.
Den el hecho por seguro:
¡el firmamento hoy se para!
A esa hora en que su aroma
da la petunia morada
los astros tendrán hoy un centro:
¡La Puente de madrugada!,
¡que aquí nació Fosforito
y canta Julián Estrada!.
Mejor se abstienen los tibios
que tengan sangre de horchata,
porque aquí va a haber candela
de la que funde hojalatas:
baila Rocío Moreno,
manto de embrujo su bata;
canta Carmen Cabezas,
que es una dalia que estalla;
Álvaro Martín a su pueblo
dará el amor de su saga;
ay Jorge Vílchez, qué gusto,
hecha la herida elegancia;
David Pino, ¡dejen paso!,
Caballero de una Cátedra
que corona su sapiencia,
que no hay en el árbol rama
de la que no guarde, hermosa,
su esencia purificada;
y luego, ese hombre bueno
tan querido por las hadas,
ese sacudir telúrico
de quien canta con el alma
.¿Qué les digo?, ¿cómo explico
la fuerza de un río de magma?.
Estrada tiene ese algo
que pellizca las entrañas
-ay esa voz que parece
un manantial de agua clara
mientras dice el Catecismo
con tan sabias enseñanzas-.
Óiganle todos, por Dios,
que nos canta, rota el alma
,de la vida y de sus golpes,
un rosal en la garganta,
porque es el Flamenco mismo,
sin comercio ni ventajas,
porque está forjado al yunque
del dolor y de la lágrima.
¡Hoy es catorce de agosto
y el firmamento se para!
¡Ay quien no esté esta noche
en la ribera pontana!.
¡El Duende llega a la hora
de la petunia morada!
¡Feria Real, Cantaores,
Anzur, Genil, madrugada!,
¡y canta, yunque y jondura,
el maestro Julián Estrada!.
Ernesto Cáceres Molina 14/08/2020