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sábado, noviembre 2, 2024

¿Por que el Covid se agrava tanto en algunos pacientes?…la respuesta aquí

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Un equipo de investigación de la Universidad de Córdoba (UCO) y del CSIC ha descubierto que las proteínas accesorias del coronavirus SARS-CoV-2, responsable del Covid-19, desempeñan un papel muy relevante en la inflamación generalizada y descontrolada que se desencadena en el organismo de los pacientes más graves aquejados por esta enfermedad. Un año después del inicio de la actual crisis sanitaria y gracias a los extraordinarios esfuerzos de los científicos de todo el mundo por desentrañar las incógnitas más relevantes sobre este virus, se ha avanzado bastante en su conocimiento. Pero todavía quedan muchas preguntas sin responder relacionadas con su patogénesis, es decir, con su evolución y con todos los factores que están involucrados en el Covid-19.

Que lo accesorio fuera tan determinante tan solo se sospechaba por la similitud de este SARS-CoV-2 con otros coronavirus ya identificados, pero hasta ahora no se había demostrado. Este descubrimiento permite dar un paso decisivo, puesto que, una vez que se ha logrado establecer esa relación directa, será posible bloquear esas proteínas accesorias y evitar los procesos inflamatorios graves a través de tratamientos rápidos y eficientes. La Consejería de Transformación Económica, Industria, Conocimiento y Universidades apoya este proyecto de investigación a través de su convocatoria de ayudas de I+D+i dotada con tres millones de euros y dirigida a  fomentar avances científicos contra la pandemia impulsados por centros y entidades públicos de investigación.

El sistema inmunitario es una compleja maquinaria de células, órganos y tejidos que trabajan perfectamente coordinados para defendernos de la agresión de un patógeno y evitar así la infección y la enfermedad que desencadena. Dicha respuesta no es homogénea en todas las personas, depende de muchos factores como la genética, la edad o el sexo del individuo, pero también del tipo de patógeno al que se ha estado expuesto.

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El coronavirus SARS-CoV-2 cuando intenta alojarse en su huésped lanza una ofensiva capaz de comprometer la eficiencia del cuerpo humano para generar anticuerpos. La entrada del virus en las células del sistema respiratorio se realiza en tiempo récord, se estima en unos diez minutos en células en cultivo, y puede replicarse en el organismo en apenas diez horas.

En la mayoría de casos, nuestras defensas acaban ganando la batalla al coronavirus y la enfermedad cursa como una infección leve. Para combatirlo, el organismo fabrica las denominadas citoquinas, que son un tipo de proteínas generadas como respuesta natural para neutralizar los patógenos. Son, por tanto, imprescindibles para superar cualquier proceso infeccioso.

Sin embargo, se ha demostrado que este coronavirus favorece, en algunas personas, que ese proceso se descontrole y la barrera defensiva se comporte de manera exagerada, produciendo una tormenta de citoquinas y haciendo que el cuerpo se desoriente y acabe atacando no solo al virus, sino a sus propios tejidos, provocando una cascada de reacciones inflamatorias. Esto ocurre en torno al 20% de las personas que resultan infectadas. El daño que suele producir la tormenta de citoquinas se dirige a los ‘órganos diana’, que en el caso del Covid-19 son los pulmones y el riñón preferentemente, aunque también puede atacar al sistema vascular, de manera que el paciente acaba desarrollando una serie de patologías muy graves por las que puede llegar a fallecer. Estos enfermos son los que requieren ingreso en UCI hospitalarias.

Desde que comenzara la crisis sanitaria, la comunidad científica internacional ha podido identificar este mecanismo de respuesta exacerbada y los efectos que produce en el organismo, pero hasta ahora poco se sabe de cómo se desencadena, de su funcionamiento y de los factores que intervienen en ella.

Un proyecto que lleva a cabo la Universidad de Córdoba, coordinado por el profesor titular de Genética, Juan José Garrido, en colaboración con la doctora María Montoya, responsable del laboratorio de Inmunología Viral del Centro de Investigaciones Biológicas Margarita Salas, dependiente del CSIC y radicado en Madrid, trata de desentrañar esa incógnita. Esta línea de investigación impulsada desde Andalucía, en la que participa una docena de especialistas en Biología, Veterinaria y Bioquímica, es única en el territorio nacional y en la esfera internacional constituye uno de los pocos proyectos centrados en este objetivo.

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