
Eduardo Moyano Estrada, se incorpora a PUENTE GENIL OK, con esta primera columna de opiniĂłn sobre los resultados electorales locales al Congreso de los Diputados. Es todo un honor tenedle en este periĂłdico digital, de su localidad natal. Le damos las gracias una y cientos de veces por su generosidad. ÂĄGracias!, Eduardo.
Eduardo Moyano es Doctor ingeniero agrĂłnomo. CatedrĂĄtico de SociologĂa del Consejo Superior de Investigaciones Cientificas. Analista polĂtico y ensayista.
PUENTE GENIL CONTINUA VOTANDO IZQUIERDA
Desde 1977, en Puente Genil siempre ha ganado en las elecciones generales el bloque de izquierda. Esto ha ocurrido en todos los comicios, con independencia de como fuera la composiciĂłn del gobierno a nivel nacional. Puede decirse, por tanto, que Puente Genil es un municipio polĂticamente de izquierda, que tiene su explicaciĂłn tanto histĂłrica, como cultural y econĂłmica, que no viene al caso analizar hoy en este breve artĂculo.
Ahora, las elecciones del 10N han confirmado esta tendencia, y el bloque de izquierda (PSOE y UPdms) ha logrado casi la mitad de los votos (49,62%). Comparativamente, el porcentaje de votos al PSOE en nuestro pueblo ha sido siempre superior al obtenido por este partido en el conjunto de AndalucĂa. En esta ocasiĂłn, Puente Genil ha seguido esa misma pauta, si bien su representaciĂłn se ha reducido dos puntos (ha pasado de 41,29 a 39,12%, perdiendo 800 votos) en sintonĂa con el descenso generalizado de los socialistas en el conjunto de España.
No obstante, el 39,12% de sufragios obtenido por el PSOE en nuestro pueblo ha estado seis puntos por encima del logrado en el conjunto de AndalucĂa (33,37%). Eso no ha ocurrido con U-Pdms, cuya representaciĂłn en Puente Genil (10,5%) ha estado por debajo de la obtenida en AndalucĂa (13,06) perdiendo mĂĄs de trecientos votos respecto a las elecciones del 28A.
Del resto de partidos cabe destacar dos hechos, que se corresponden con lo sucedido en el resto de AndalucĂa y de España. Uno es el espectacular aumento de Vox, que con un 20,43% (casi el doble que el 28A) (3.181 votos) se convierte en la segunda fuerza polĂtica en Puente Genil, desbancando de esa posiciĂłn al PP, y esto a pesar de que los populares han aumentado en tres puntos porcentuales su representaciĂłn en estas elecciones. El segundo hecho es el desplome del partido naranja Cs, que con sĂłlo un 8,79% pasa a ser el quinto partido, perdiendo la mitad de lo que habĂa obtenido el 28A.
Sabemos que, en unas elecciones generales como ésta, la información de lo que ha ocurrido a escala local no pasa de ser una mera descripción de los resultados, sin mås importancia que la que pueda tener para ilustrar las conversaciones de café.
Por eso, mĂĄs allĂĄ de lo sucedido en Puente Genil, no podemos ignorar lo que las elecciones del 10N significan para la gobernabilidad de nuestro paĂs.
Estamos ante una situación muy compleja, con un parlamento muy fragmentado, y lo que es peor, muy fragmentado en diecisiete partidos, muchos de ellos muy distantes ideológicamente y sin posibilidad alguna de alcanzar acuerdos. La repetición electoral no ha servido para mucho en términos de gobernabilidad.
Puede que la investidura del candidato socialista sea posible con el apoyo de U-Pdms, MĂĄs PaĂs y de cinco partidos regionalistas. Pero el problema estarĂĄ en cĂłmo hacer posible con esos apoyos un gobierno estable para afrontar la complicada legislatura que se presenta (con el desafĂo secesionista catalĂĄn, con una importante desaceleraciĂłn econĂłmica y con reformas estructurales pendientes de abordar).
Hay otra opciĂłn, que puede resultar un anatema para algunos, pero que, a la vista de las intervenciones de los lĂderes de los dos grandes polĂticos en la pasada noche electoral, no es del todo descartable. Y no me refiero a una âgran coaliciĂłnâ entre PSOE, PP y Cs, sino a una âgran cooperaciĂłnâ entre esos tres partidos. Eso pasarĂa por apoyar la investidura de un gobierno en solitario del PSOE sobre la base de varios grandes acuerdos de estado (techo de gasto, sistema de pensiones, reforma educativaâŠ), lo cual no impedirĂa que tanto PP como Cs pudieran continuar ejerciendo el control del gobierno desde las filas de la oposiciĂłn, como hizo en 2016 el PSOE al facilitar con su abstenciĂłn el gobierno de Rajoy.
Es una decisiĂłn que le corresponde tomar al PSOE y, en concreto, a su secretario general Pedro SĂĄnchez. El dilema es formar un gobierno de coaliciĂłn con U-Pdms y MĂĄs PaĂs, con el apoyo externo de seis partidos regionalistas, o bien apostar por un gobierno socialista en solitario, que recibiera un apoyo parlamentario mĂĄs amplio, incluyendo la abstenciĂłn del PP y Cs. Pronto lo sabremos. Aunque en el fondo de todo ello, siempre estarĂĄ el fantasma de una nueva repeticiĂłn electoral.
Eduardo Moyano Estrada