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Protección solar en bebés y niños pequeños: recomendaciones clave para este verano


Altas temperaturas, incluso más tempranas de los normal, por lo que se hace necesario conocer de primera mano todas las recomendaciones médicas. El equipo de pediatría de Clínica Hospital de Día Parejo y Cañero nos da las claves. Y es que con la llegada del verano y el aumento de la exposición al sol, proteger la piel de los más pequeños se vuelve una prioridad. La piel de los bebés y niños es más fina, delicada y vulnerable a los efectos nocivos de la radiación ultravioleta (UV), por lo que es fundamental tomar medidas preventivas desde los primeros meses de vida.

La doctora Mª Mercedes Zubigaray, explica que con la llegada del verano y sus días largos y soleados, surge una preocupación común entre madres, padres y cuidadores: ¿cómo proteger de forma segura la delicada piel de los más pequeños? .

Desde la Clínica Hospital de Día Parejo y Cañero, en Puente Genil, su equipo pediátrico recuerda que el cuidado dermatológico en la infancia no solo previene daños inmediatos, sino que también es una inversión en la salud futura.

El sol, fuente de vida y alegría, también puede convertirse en enemigo si no se toman las precauciones adecuadas. En especial durante los primeros años de vida, cuando la piel infantil aún no ha desarrollado del todo sus mecanismos de defensa.

Para los bebés menores de seis meses, la regla es clara: nada de exposición directa al sol. Su piel, extremadamente sensible, no está preparada para recibir radiación ultravioleta. En esta etapa, la sombra, la ropa protectora y la ventilación adecuada son las únicas formas seguras de disfrutar del aire libre.

A medida que crecen, los niños pueden comenzar a explorar el exterior con más libertad, pero siempre bajo medidas de protección. La vestimenta adecuada se convierte entonces en la primera línea de defensa: ropa ligera, de algodón o lino, que cubra brazos y piernas, sombreros de ala ancha y gafas de sol con filtro UV. Hoy en día, incluso es posible encontrar prendas con protección solar UPF 50+, que refuerzan la seguridad sin sacrificar comodidad.

A partir de los seis meses, ya se puede introducir el uso de protector solar. Pero no cualquiera: deben ser productos formulados específicamente para bebés, con filtros físicos o minerales, hipoalergénicos y con un factor de protección (SPF) 50+. Algunas opciones recomendadas por la clínica son Isdin Pediatrics Mineral Fusion Fluid, Bioderma Photoderm Pediatrics Mineral y Heliocare 360º Pediatrics Emulsión Mineral. Lo ideal es aplicar la crema media hora antes de salir y renovarla cada dos horas, o después de cada baño.

Otra pauta esencial es evitar el sol en las horas de mayor intensidad, es decir, entre las 12:00 y las 17:00. En esos momentos, lo mejor es buscar refugio en la sombra o permanecer en espacios frescos. Más allá de la hora, conviene consultar el Índice UV, disponible en la mayoría de aplicaciones del clima. Si supera el nivel 5, conviene extremar precauciones, incluso si el día está nublado.

Y como broche final, no hay que olvidar la hidratación constante. Ofrecer agua con frecuencia y estar atentos a signos como enrojecimiento, sudor excesivo o irritabilidad ayuda a prevenir los efectos del calor. La piel, como todo el cuerpo, necesita estar bien hidratada para mantenerse sana.

Desde la Clínica Parejo y Cañero, insisten: la prevención es la mejor medicina. Cuentan con un equipo pediátrico preparado para resolver dudas sobre protección solar infantil y para atender cualquier alteración cutánea que pueda surgir durante los meses más cálidos.

Este verano, «el mejor regalo que podemos darles a los más pequeños es un crecimiento sano, protegido… y lleno de juegos seguros bajo el sol» – concluye la doctora.


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