Luisa Ruiz Castellvi, nacida en junio de 1913, por tanto, con 107 aƱos a punto de estar inmune ante el coronavirus tras haber recibido esta maƱana la segunda dosis de Pfizer en la residencia DomusVi de Puente Gen.
La vacunaciĆ³n de Luisa es la cara mĆ”s alegre y el hilo de esperanza en todo este periodo gris de contagios y decesos. Luisa, que se contagiĆ³ y superĆ³ la enfermedad sin sĆntomas, fue una de las 148 personas que recibieron la primera dosis de Pfizer en el centro.
Con ascendentes catalanes, Luisa se casĆ³ con un egabrense y llegaron hace mĆ”s de 60 aƱos a Puente Genil, procedentes de Casariche. Fue el ferrocarril, en el que trabajaba su marido, el que llevĆ³ a la familia a este pueblo de la familia. Luisa, que tiene cuatro hijos (entre 77 y 67 aƱos), 11 nietos y 19 biznietos, estĆ” viuda desde hace 53 aƱos. Ā«Siempre ha sido muy Ć”gil, no ha hecho ejercicio, ni ha trabajado fuera de casaĀ», contaba ayer su hija pequeƱa, aunque es una persona inquieta a la que Ā«siempre le ha gustado leer, hacer crochĆ© y sopas de letrasĀ». Otra clave de sus aƱos saludables, dice su hija, puede radicar en la alimentaciĆ³n, pues Ā«no le gusta la carne, excepto que estĆ© muy fritaĀ». Su hija tiene claro que su madre Ā«podrĆa vivir comiendo solo dulceĀ», pues esa es Ā«su debilidadĀ». Otra peculiaridad de Luisa es su humor. Ā«Le encanta contar chistes malosĀ», sonrĆe su hija menor.
Su familia decidiĆ³ hace dos aƱos que ingresara en DomusVi en horario diurno, Ā«sĆ³lo para que se distrajeraĀ», pero al final, por circunstancias, se ha quedado interna en el centro, donde Ā«estĆ” muy contenta ella y nosotros, porque la quieren muchoĀ». Lo Ćŗltimo que Luisa ha contado a sus familiares es que tiene un pretendiente. Lo mĆ”s increĆble es que esta residente que le plantĆ³ cara al covid no toma ninguna medicaciĆ³n, no tiene demencia y conserva una memoria a prueba de fuego. El coronavirus lo pasĆ³ en la propia residencia y tan solo estuvo tres dĆas ingresada en el hospital, a principios de diciembre, porque los familiares vieron que Ā«estaba venida abajoĀ». Lo curioso fue que, tras hacerle pruebas y no detectarle nada, el mĆ©dico les dijo que lo que tenĆa era edad. A partir de ese momento, Ā«se vino arriba y hasta hoyĀ».