Fotografía de Alejandro Rodríguez Castillo.
Si cerramos los ojos y nos detenemos en alguno de los escenarios que se produjeron anoche, al paso del Señor de todas las cargas, por las calles de Puente Genil…
Si conjeturamos en blanco y negro, nos trasladaremos a cuatro siglos atrás y tras lo vivido y percibido por los sentidos ,podría ser, sin temor a equivocarme. En esta recreación atemporal alcanzaremos a visualizar lo que los Apuntes Históricos recogidos en las actas de la Real y Pontificia Cofradía, nos dicen:»que el año 1595, un puñado de pontanos decidieron agruparse en torno a una imagen de Jesús con la cruz al hombro y rendirle culto, fundando así la Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno»… cuyo actual titular cumplirá en 2022, cuatro siglo.
Y es que el Viacrucis Extraordinario de anoche ratificó la devoción de un pueblo a su Patrón y a su Alcalde Perpetuo, no hay ninguna duda y sí una afirmación categórica sobre este hecho.
El acto de generosidad y aperturismo de la Junta Directiva de acercar el Nazareno a vecinos que nunca lo habían visto pasar, como uno más, por la puerta de casa, son momentos que sólo la experiencia vital in situs te puede permitir.
Balconeras, luces encendidas, los rellanos de las casas con miradas expectantes, enfermos tras los visillos, ramos de flores, lágrimas, ¡vivas!….todas las vivencias superaron las expectativas, no me cabe duda.
Encontrar un Calvario, Amargura, Aguilar, Veracruz, Horno…con el calor humano que desprende la bulla agolpada con un sentimiento común, es un afecto difícil de trasladar al papel pero aún así, del que me atrevo a dejar una pincelada para estimar la decisión de sus hermanos. Un acierto, aplaudido por los hijos del “Terrible”.
Jesús nos aguarda en su camarín, todos los días; en la calle, cada Viernes Santo desde hace 425 años y de forma puntual en extraordinarias, entre otras, las celebradas durante los años 1801, 1874, 1936, 1964, 2014….
Pero ayer se dio la circunstancia de que muchos hijos de Puente Genil , por primera vez, le miraron con la cercanía y el recogimiento de un Cristo que va emulando el trayecto realizado desde su captura hasta la crucifixión y muerte, en un Viacrucis de rezo y meditación que se catequizó, de forma espontánea, en una estación penitencial que consumó la excelsa devoción al Señor de los Señores.
Junto a los hechos, las personas, por tanto ¡gracias a los impulsores!. Gracias,a los hermanos Francisco, Luis, Mariano, Rafael y a muchos más que en la sombra lo hicieron posible.
Horas después de los hechos consumados tras la salida extraordinaria en la retina, desde esta humilde mirada ¡quizá! más devocional que aséptica, elevo una uvita por este pueblo cristiano, que una vez más ha dado testimonio público de fe. ¡Viva Jesús Nazareno, Viva El Terrible, Viva, por siempre, Viva en los corazones de los pontanos!.
Virginia Requena Cid