Como periodista, habituada a proporcionar información, y no a actuar como opinadora, porque no lo soy. Hoy quisiera compartir en estas líneas un sentimiento y hacedlo público a tenor de la gran cantidad de personas que confinadas en casa y muy preocupadas me han pedido, que desde mi condición de redactora les aclare, hasta dónde yo sé, de tanto bulo que rula por medios privados y públicos, sin solvencia alguna.
Partiendo de la idea de que todos podemos estar inquietos y hasta agobiados, por esta reclusión obligada que nadie quiere ni ha buscado, pero que nos ha sobrevenido a esta sociedad global en la que estamos inmersos… Quisiera manifestar que es necesario que sean los científicos quienes estén afanados, junto a las autoridades competentes, en localizar el origen de esta pandemia. Ese es el contexto validado para indagar el qué, dónde, cómo y por qué.
Pero que los ciudadanos de a pie , ¿nos dediquemos a buscar el origen del contagio en nuestro pueblo, y de acusar?, me parece cuánto menos injusto. Y lo digo porque al igual que otros muchos profesionales comprometidos, muchos periodistas estamos trabajando en estos días en primera línea, exponiéndonos, para ejercer de forma responsable, incluso corriendo riesgos. Por eso no me parece admisible que se creen audios, se transmitan y para colmo se les otorgue credibilidad a personas que desde su anonimato y, con casi absoluta certeza, ignorancia, están generando un malestar general. Y no me parece razonable que se busquen culpables, en todo caso, si hay un convicto se llama “coronavirus” . De otra parte ,me parece inadmisible que se genere una alarma a miles de vecinos, que con miedos, detrás del visillo aguardan a tiempos mejores. Y en tercer lugar, es impropio, de esta tierra vapulear el nombre de nuestro pueblo, sin criterio justificable.
Les puedo asegurar, de fuentes más que solventes, que los “hermanos” de nuestra querida Asociación Manantera de Puente Genil en Madrid, tras pasar los quince días de cuarentena ninguno de ellos, ni sus familias y entorno han dado positivo en este maldito virus. Y no os lo traslado para exculparles de nada, porque este contagio no admite reos. Sólo pretendo despejar dudas, para sosegar a quien pueda estar sufriendo por todo esto.
Más allá de esta afirmación, creo y entiendo que lo único que nos salva ,durante el tiempo que sea necesario, es quedarnos en casa, porque ninguno estamos exentos. Y que como bien dice la Policía Local, “si el bichito no te ve, se va”.
Por tanto, creo que son días para afianzarnos como seres humanos, de medir nuestra infinita capacidad de adaptación y de dedicar el tiempo a hechos loables ,como en los que la inmensa mayoría de pontanos están inmersos, hechos solidarios, generosos y reconfortantes para esta localidad.
La vida, nos ha dado un freno, en seco. Pero es el cautiverio que nos dará solvencia como personas.
Un abrazo, Virginia Requena Cid.