El pontanés Fray Rafael Pozo, informa que «antes y ahora, nuestros mayores son los que viven más olvidados». Incluso, algunos «de nuestros políticos, se atreven a sugerir que la economía de un país no puede avanzar si no nos quitamos en en medio el lastre de las personas más envejecidas. ¡Qué barbaridad! La cultura y la sensibilidad de un pueblo se mide según se atienda a las personas y colectivos más desfavorecidos; y uno de ellos, y a buen seguro el más numeroso, es, sin duda, el de los mayores».
Desde su asociación Paz y Bien Guatemala inició su programa asistencial ´Mis Años Dorados´. En la actualidad son cuarenta hombres y mujeres quienes se favorecen de nuestra iniciativa, que está destinada a personas de la tercera edad que se encuentran abandonadas, habitualmente en el área rural, y viviendo en pésimas condiciones. La mayoría de ellos están en la extrema pobreza, al no contar con sustento ni familia.
A todos ellos Paz y Bien les ha conseguido un chequeo médico, analíticas, examen de radiología y un diagnóstico cardiológico. Mensualmente, se acercan a nuestro Consultorio para comprobar su estado de salud, entregarles una bolsa de alimentos y suministrarles los medicamentos que nuestros profesionales les asignan en base a estos estudios. Además de ropa y calzado, de ser necesario, para completar su digna existencia.
Gracias a la voluntad de muchos colaboradores, se sienten acompañados por amigos o amigas que realizan una noble misión como tutores afectivos. Esto supone garantizar que su tratamiento, medicamentos y citas mensuales, se realizan correctamente. Además de dar respuesta inmediata en caso de alguna emergencia, poniéndose en contacto con nuestro equipo para informarles de eventualidades, estado de salud, etc.
Este programa está siendo posible gracias a la aportación económica del Ayuntamiento de Puente Genil, por lo que Pozo espera que » este receso económico no impida nuestra labor. Queremos seguir apoyando a nuestros mayores, ellos también tienen derecho a un futuro. No deben ser orillados por las sociedades, sino ser pilar fundamental de nuestras vidas, por lo que han dado y pueden seguir dando, cultural y vitalmente, a los más jóvenes. Y, por supuesto, tenemos que dar las gracias a todo el personal de nuestro Consultorio Médico, que reciben a nuestros mayores con el máximo cariño y delicadeza. Tal y como merecen tras años de esfuerzo, sacrificio y vida».
