Más de 750 personas mayores de la provincia de Córdoba han recibido a lo largo de este año la compañía y el apoyo emocional del voluntariado de Cruz Roja para tratar de mitigar, al menos, su situación de soledad.
Y es que las fiestas de final de año ponen en evidencia las carencias de compañía para muchas personas; la denominada como ‘soledad no deseada’, que afecta a la salud física y emocional de numerosas personas, y puede derivar en situaciones de exclusión y aislamiento. Además, está directamente relacionada con el aumento de la tasa de mortalidad o el aumento de enfermedades crónicas como la diabetes o las coronarias.
La soledad no deseada “es la epidemia silenciosa del siglo XXI: no se ve, estigmatiza a las personas que la sufren, puede afectar a cualquiera, y se prevé que aumente exponencialmente en las próximas década. Desde Cruz Roja tratamos de apoyar a las personas que la sufren, en especial a las personas mayores, que es, con diferencia, el grupo de población en el que esta situación de soledad tiene más incidencia”, explica María Torralbo, responsable provincial del programa de Mayores de la institución humanitaria.
Una de cada tres personas mayores reconoce haberse sentido sola durante los meses de la pandemia, según una encuesta realizada por Cruz Roja entre más de 10.500 de estas personas que participan en los proyectos de la Institución a lo largo de Andalucía. Un porcentaje similar (un 32%) afirma, además, haberse sentido insegura a la hora de salir a la calle por encontrarse con escaleras y barreras arquitectónicas.
Cruz Roja apoya en la provincia a más de 7.000 ciudadanos a través del proyecto Atención Integral a Personas Mayores, que incluye actividades de acompañamiento, movilización, asistencia y participación. El voluntariado de la entidad acompaña a estas personas en sus domicilios y fuera de ellos, para realizar cualquier tipo de actividad, pero además desarrolla un sinfín de actividades con el objetivo de que las personas mayores refuercen sus relaciones sociales y adquieran hábitos de vida saludable, evitando así el aislamiento y la soledad. Como consecuencia, se reduce el riesgo de sufrir situaciones de dependencia y se mejora la autonomía personal de los y las participantes.
El proyecto de Atención Integral a Personas de Edad cuenta con financiación de la Consejería de Igualdad, Políticas Sociales y Conciliación de la Junta de Andalucía, a través de los fondos procedentes de la casilla de Actividades de Interés Social de la declaración de la Renta: la llamada x solidaria. Cruz Roja también promueve otros servicios para las personas mayores, como la Teleasistencia, el proyecto de Buen Trato y Protección frente al Maltrato, o proyectos de apoyo a Personas Cuidadoras.
La crisis sanitaria derivada de la COVID-19, el confinamiento y la posterior recuperación de normalidad ha incrementado los casos de soledad no deseada. Quienes ya la vivían, la ven agravada; y personas que no estaban en una situación severa, ven empeorada también su calidad de vida. Con el inicio de la pandemia, Cruz Roja adaptó las actividades que se desarrollaban con las personas mayores para no dejar atrás a quienes sufrían la soledad, pero reducir al máximo los riesgos de contagio: los acompañamientos pasaron a realizarse de manera telemática, reforzando las llamadas telefónicas de seguimiento e información. Además, se hicieron innumerables envíos a domicilio de productos de primera necesidad, como medicinas y alimentos, así como de artículos que promovían hábitos saludables. Con el tiempo, se fueron recuperando las actividades y acompañamientos presenciales, sobre todo en espacios abiertos, con mayores medidas de seguridad.
Nuevas tecnologías y brecha digital
Frente a la soledad, las nuevas tecnologías pueden convertirse en una aliada, pero también son el centro de un problema que se ha hecho aún más visible con la crisis de la COVID-19: la llamada ‘brecha digital’ se ha incrementado conforme aumentaba la digitalización de gestiones y actividades de nuestro día a día. Un 45% de las personas mayores encuestadas por Cruz Roja no dispone de teléfono, tablet u ordenador con acceso a internet. En este sentido, Cruz Roja trabaja por reducir las desigualdades que provoca la ‘brecha digital’ en la población vulnerable, con proyectos como Click_A, de acompañamiento digital, con el que se ayuda a estas personas a mejorar sus competencias digitales.
Además, Cruz Roja ha desarrollado iniciativas para aprovechar las ventajas de las nuevas tecnologías ante problemas como la soledad. Por ejemplo, la skill de Cruz Roja para Alexa, puesta en marcha junto a la Fundación Accentur, Amazon Alexa y la Fundación de Tecnologías Sociales de Cruz Roja (TECSOS), y que permite con sencillos comandos de voz acceder a la información y ayuda de la aplicación de Cruz Roja en los dispositivos Alexa.Así, con una simple pregunta como “Alexa, quiero hacer ejercicios de hombro”, se muestran ejercicios de movilidad para articulaciones para trabajar el tono y fuerza muscular, y la coordinación motora; de igual modo se le pueden pedir consejos para prevenir los problemas de salud mental, gestionar el estrés o aprender sobre primeros auxilios, todo ello con el fin de fomentar la autonomía y bienestar de quienes usan este dispositivo. Personas mayores de Andalucía fueron las primeras del país en probar esta aplicación, en un estudio piloto de implantación, con un impacto positivo en su calidad de vida: más del 56,5% ganaron autonomía, casi un 60% mejoraron en su comunicación con familiares y amistades, un 64,5% mejoraron su forma de entrenamiento, y más del 80% aseguraron sentirse más acompañados.
Soledad no deseada en otros colectivos
Cruz Roja advierte que la soledad no deseada, además de afectar a las personas mayores, es un problema que también sufren personas más jóvenes. De hecho, el 22,1% de las personas usuarias que recibieron atención de Cruz Roja durante la pandemia a través de su plan “Cruz Roja Responde frente al Coronavirus” manifestaron haber padecido soledad de forma continuidad en los dos últimos años. Este problema se acentúa entre colectivos vulnerables con más factores de riesgo, como las personas migrantes o refugiadas, las que sufren enfermedades crónicas, las madres sin parejas o las desempleadas. El estigma o la vergüenza que les provoca, pueden llevarles a aislarse aún más, y puede convertirse en un problema cada vez más difícil de solucionar. Por ello, desde la Organización insisten en la importancia de la detección temprana, para evitar casos cronificados y soledad severa, sostenida en el tiempo.
Más conocida y antigua es la Teleasistencia, el conocido “botón rojo” de Cruz Roja que conecta a cualquier persona las 24 horas del día y los 365 días del año comuna respuesta e intervención inmediata ante cualquier necesidad o eventualidad sólo con activar el pulsador, que puede llevarse colgado o en la muñeca. Más allá de estas funciones, el recordatorio de la toma de medicación o de citas médicas son funcionalidades adicionales que Cruz Roja pone a disposición de personas mayores, convalecientes, con enfermedades crónicas, y también de cuidadoras, embarazadas o menores de edad para la seguridad y tranquilidad de su entorno.
De manera paralela a todos estos recursos, Cruz Roja trabaja de manera integral y transversal con todos sus programas para seguir cuidando y fomentando la participación comunitaria, que, a su vez, repercute en las relaciones interpersonales y por tanto evita la soledad y sus consecuencias. Además, durante estas fiestas, se ha creado una agenda de llamadas para saludar a las personas mayores usuarias de sus programas con el objetivo de detectar cualquier necesidad que pudieran tener, recordarles que no están solas, y ofrecerles consejos de hábitos saludables.