II Domingo del tiempo ordinario.
Transformemos una vida aguada en una boda sin carencias.
1ยช lectura: Isaรญas 62,1-5
Salmo: 95. Cantad las maravillas del Seรฑor a todas las naciones.
2ยช lectura: 1ยช Corintios 12,4-11.
Evangelio: Juan 2,1-11.
En este mundo es muy importante que nos vayamos dando cuenta de lo necesarios que son: la verdad, la justicia y sobre todo el amor, como signos de alegrรญa y de salvaciรณn para todos. Una vida desde el odio, el egoรญsmo, desde las mentiras, desde las injusticias y la opresiรณn; supone una vida aguada en la que nos falta el ยซvinoยป de la alegrรญa compartida, de la comunicaciรณn y de la comuniรณn.
En todas las comunidades es importante saber cuidar y respetar los dones y carismas de cada uno de sus miembros para que tambiรฉn podamos y sepamos ponerlos al servicio de toda la comunidad, si lo que pretendemos es crecer en bienestar, en justicia y en paz. Nuestro problema principal es alcanzar esa unidad en la diversidad para que la ayuda mutua, segรบn las necesidades de cada uno de sus miembros, se haga realidad. Las actuaciones de todos son las que tienen que ir en ese sentido de unidad y en beneficio de toda la comunidad, sin excepciones ni particularismos.
Las palabras y las acciones de Jesucristo vienen a darle a nuestra historia humana ese sentido que deberรญamos de tener de comunidad; de Iglesia que estรก de fiesta celebrando la felicidad y la fuerza creadora y dadora de vida que en una boda se dan los esposos a travรฉs de su entrega mutua, por el amor que, como don de Dios, hay entre ellos, pero donde, como seres humanos, se notan sus carencias. Es Marรญa, la madre de Jesรบs Nazareno, la que desde su atenciรณn y disponibilidad de entrega a los demรกs, se percata primero de dichas carencias y por la que mediante su ruego, Jesรบs adelanta su intervenciรณn y su hora evangelizadora en nuestra historia; siempre, tratando de ofrecernos y darnos a toda la humanidad, la felicidad y la vida proveniente de Dios.
Nuestra esperanza radica en que algรบn dรญa todos nos sintamos integrados con Jesucristo en ese Dios Misericordioso y Providente de nuestros dones y carismas; de la sabidurรญa, de la vida y del bien; un Dios que nos ama, nos cuida y nos protege actuando ante nuestras situaciones de carencias y debilidades, encarnรกndose en medio de nosotros.
A instancias de Marรญa, su madre, hemos de saber hacer lo que รฉl nos diga. Asรญ es como se realiza ese milagro de transformar nuestra vida aguada en esa fiesta de bodas, de comunicaciรณn y de amor; una fiesta con abundante vino y el mejor; la propia sangre de Jesucristo derramada por su entrega y su amor a todos los seres humanos y para el bien de todos.