Transcurrió el «primer sábado de romanos en Puente Genil», denominado de Carnaval y donde litúrgicamente no ha comenzado la Cuaresma, pero aquí ganamos tiempo al propio religioso.
El día de ayer se esperaba como agua de mayo, después de dos años en barbecho obligatorio por una pandemia que nos ha encerrado. Por un lado, las ganas, la ilusión de recuperar las tradiciones. Por otro, la prudencia, las consecuencias nocivas derivadas de la pandemia por la Covid- 19 y la posibilidad latente y real de que se incrementen el número de contagios sino se vive con prudencia.
De lo primero, quedó claro que había ganas y que Puente Genil vivió la Cuaresma con intensidad, en la calle. De lo segundo, está por ver desde los prudentes más extremos quienes desfilaron (al aire libre) con mascarilla hasta los que entendieron que no era necesaria esta barrera, los vasitos individuales parece que fue una tónica extendida… Por lo demás, compás y espera.
La vuelta a la normalidad es imparable y los caprichos de la Covid-19 y sus variantes, también. En cualquier caso, ayer lo que sí se produjo en Puente Genil fue un refuerzo de efectivos policiales. Se desalojó la plaza del Calvario a la 01.00 de la madrugada para permitir las labores de limpieza enmarcadas en el operativo de Egemasa y los establecimientos de hostelería tendrán que ajustarse a los horarios establecidos, sin que haya ampliación de los mismos en ese periodo.
Los consejos desde las autoridades civiles y profesionales sanitarios para Puente Genil fueron y serán «prudencia, mascarillas obligatorias en todo momento, mínimo de paradas y vasos independientes, para intentar llegar a Semana Santa con una mínima incidencia de casos y que no se produzca ningún brote»… Ahora, vamos a por el segundo sábado…y así se irán quitando las patas a una Vieja desgarbada y fea pero no por ello menos esperada.
