17/07/2022: XVI Domingo del Tiempo Ordinario.
Sólo es necesario acoger la vida según la Palabra de Dios.
Citas:
1ª lectura: Génesis 18,1-10a.
Salmo: 14 Señor, ¿quién puede hospedarse en tu tienda?
2ª lectura: Colosenses 1,24-28.
Evangelio: Lucas 10,38-42.
Comentario: Las actividades diarias van modelando nuestra manera de ser. Los acontecimientos nos van llevando de un lado para otro y nos llenan de preocupaciones e infelicidad, necesitamos un tiempo de descanso para volver a sentirnos vivos, recuperar fuerzas y encontrarnos con nuestra propia verdad. Incluso, podremos encontrarnos con Dios y descubrir en Él las fuerzas para seguir luchando, desde la esperanza en un mundo mejor. Únicamente, el bien que viene de Dios es la verdadera fuente de la justicia y la paz. Quien quiera conocer a Dios lo puede hacer a través del misterio de Jesucristo abierto de par en par a todos los seres humanos; Dios hecho hombre en Jesús Nazareno; que nos muestra su entrega, su servicio, su misericordia y su amor a la humanidad. Lo más importante es tener esa libre actitud de escucharle como maestro, pues es la Palabra de Dios en persona, como única posibilidad alternativa y veraz a tantas cosas que se dicen, se proponen y se hacen en este mundo, todas sin un verdadero sentido de acoger la vida de manera satisfactoria y como Dios manda, tratándose en muchas ocasiones de mentiras interesadas. Jesucristo es la palabra crítica, radical que nos interpela a cada uno y penetra en nuestro corazón humano con el fin de cambiar nuestras actitudes para liberarnos del mal, hermanarnos, ayudarnos en las miserias para darnos vida y felicidad; como única fuente de justicia, de paz y de verdadero amor. Es importante que en ese actuar diario no se manifieste únicamente nuestro egoísmo sino que lo que hagamos sea desde esa escucha de nuestro corazón en ese momento en el que Dios pasa por nuestra vida para poder sumergirnos de lleno en sus planes. Anunciar este proyecto de ayuda y entrega por amor al mundo entero, siempre será motivo de enfrentamientos y de persecución por aquellos poderes que intentan el dominio de este mundo desde sus «negocios». El servicio a los demás es necesario pero no es un valor supremo en sí mismo, pues puede darse el error de la motivación ¿por qué y para qué lo hago?. Nuestro modelo de oración y servicio debe ser Jesús Nazareno y es necesaria la síntesis oración, motivación, acción, para que ese servicio sea desde los planes de Dios: el proyecto de Reino de Dios de Jesús desde el perdón, la misericordia, el amor fraterno y el saber compartir los dones y bienes recibidos y los recursos necesarios para la vida con los demás.