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lunes, abril 28, 2025

Dios siempre ofrece oportunidades para que demos fruto

1ยช lectura: ร‰xodo 3,1-8a.13-15.

Salmo: 102 El Seรฑor es compasivo y misericordioso.

2ยช lectura: 1ยช Corintios 10, 1-6.10-12.

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Evangelio: Lucas 13,1-9.

Tenemos que aprender a vivir de manera diferente, no de acuerdo a esas reglas de juego impuestas en nuestra sociedad desde el egoรญsmo, sino de acuerdo a unos valores nuevos, a esas virtudes que emanan del Espรญritu Santo y esas potencias del alma que nos hacen ser mรกs solidarios y estar mรกs unidos para el bien comรบn. Nos salvaremos y seremos mรกs felices, no por ser mรกs poderosos, sino mรกs solidarios; compartiendo la vida y los bienes.

No podemos culpar a Dios de lo que nos pasa a los seres humanos. Ante la opresiรณn y la maldad que ejercemos sobre nuestros semejantes, es cuando el Dios de la vida se nos hace presente para sacarnos de esa esclavitud del mal y del egoรญsmo, de todo tipo de poder, de imperialismo y de vasallaje, humanos.

Dios se nos revela; no para darnos a conocer su poder, ni su nombre. ร‰l nos dice como a Moisรฉs, que es el que es, es decir; la existencia en sรญ misma; el todo, que se nos da como vida y se nos hace presente como liberador de nuestros males porque escucha la voz y el clamor de las personas y los pueblos en esclavitud y en opresiรณn. ร‰l quiere comprometerse con ellos, quiere ser el Dios que vela siempre por nuestra existencia, que no se deja manipular a nuestro antojo. Es un Dios que nos hace existir y vivir eternamente en ร‰l, que nos da libertad y se compromete con nuestra historia. Que no sรณlo nos salva de las amenazas de nuestros enemigos, sino que viene en ayuda de las cosas elementales y fundamentales de la vida: la justicia, la paz, la esperanza, la caridad, y todo ello desde la fe en ร‰l. Viene a nosotros como Palabra de Dios hecha hombre en Jesucristo y como el pan y el vino de la propia vida y de nuestra Eucaristรญa. Hemos de saber actualizar en nuestra historia personal lo ocurrido en la Historia de los profetas y en el Evangelio de Jesucristo. Hemos de aprender a vivir, en cada momento, con ese sentido de la vida desde Dios al precio que sea, de los contrario nuestra vida no habrรก servido para nada.

Dios no viene a destruirnos ni castigarnos por no dar buenos frutos, sino a cambiar nuestras vidas y nuestra naturaleza para que vivamos con dignidad, con sabidurรญa, con fe, con esperanza… desde el amor. Nuestro paso por esta vida es ese tiempo que Dios nos permite tener para que aprendamos a dar buenos frutos desde esa conversiรณn personal necesaria. Tenemos la necesidad y la responsabilidad personal de conectar con la vida de Dios para que, por sus dones derramados sobre nosotros, por su Espรญritu del bien, podamos cambiar la vida en general y la nuestra en particular. Dios siempre nos ofrece oportunidades, como vemos en la parรกbola de la higuera, para que busquemos y hagamos el bien a los demรกs, como enviados suyos.

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