«La Mesa en Navidad»…por Paz Melero
Reconozco que soy de las personas que disfrutan mucho cuando se acerca diciembre ante la llegada de las que son sin duda, las fiestas más familiares y elegantes del año. No sólo las calles se engalanan con luces de navidad, en algo que, por cierto, somos unos privilegiados, ya que cada año supera al anterior. Sino que, también pasamos por peluquería, nos arreglamos como merece la ocasión, y decoramos nuestras casas, para las cenas que tendrán lugar los días 24 y 31. En las que sacamos toda la artillería dispuestos a celebrar lo mejor posible.
Nos convertimos en pajes de los Reyes Magos, ayudantes – elfos de Papá Noel o en mi caso del Niño Jesús, que es quién deja regalos en casa en Nochebuena. Y con los mismos nervios que cuando era pequeña afronto esta época del año, en la que ahora desempeño otro papel.
Poner la mesa los días señalados, para mí es todo un ritual. Sacamos una buena mantelería, a la que se da un toque de plancha una vez colocada, para que quede perfecta; la vajilla y cubertería más especiales que haya en casa y por supuesto, una cristalería fundamental para apreciar los vinos que se tomarán y el champán. Las copas han de ser las adecuadas, con abertura correcta para que así se desprendan todos los aromas y los vinos puedan expresarse mejor. Deben cogerse por el tallo, pues solo de esta forma, evitaremos que se caliente el líquido. Copas Riedel o Schott Zwiesel son nuestras preferidas. Colocamos los cubiertos a ambos lados del plato, tenedores a la izquierda, cucharas y cuchillos a la derecha, siempre en la parte más alejada del plato, los que primero utilizaremos y hacia dentro; después, los que se utilizarán con el primer plato; segundo, y así sucesivamente. Las cucharillas y tenedores pequeños para el postre, encima del plato; y el platito del pan, a la izquierda.
Al menos un día antes, han de meterse en la nevera los vinos blancos y espumosos, es un tip que aprendí de mi padre. Como sacar los tintos al balcón, para que se atemperen con el frío. (Aunque mi marido hace trampa y los mete en el congelador media hora antes)
Con los aperitivos, tomaremos amontillado, palo cortado o fino. Con el marisco, un buen vino de Rueda, como Cuesta de Oro de Hermanos Lurtón, o un vino blanco chardonnay Chablis o Pouilly-Fuissé, que personalmente, me encargo de importar de Francia. Son vinos exquisitos que maridan genial. El pavo de corral guisado dorado, como lo cocinamos en casa con cebolla, ajo, pimienta, aceite de oliva, laurel y vino fino, con mucho tiempo a fuego lento… lo acompañaremos con vino tinto crianza o reserva, un Ribera del Duero de los que, recomiendo Viña Pedrosa, Dehesa los Canónigos, Pago de los Capellanes o Aalto; o bien un Rioja, Campillo, Faustino I o Fincas de Ganuza; de la Rioja Alavesa, nos encanta Caminos de Sacramento. No solo de estas dos denominaciones más conocidas, existen otras denominaciones de la zona de Cádiz, que están actualmente, produciendo cada vez más, vinos interesantes, como Garum. Llegado el momento del postre, con los dulces navideños: licores de anís, menta o café, de nuestro vecino Rute, reconocidos con prestigio en todo el mundo; Anís del Mono, hoy propiedad de la familia Osborne; o bien, Anís Castellana, etc… También, un exquisito Pacharán, que en este caso yo recomiendo Basarana Etiqueta Negra. Todos ellos están entre nuestras preferencias.
En Fin de Año nos gusta maridar toda la cena con vinos espumosos, desde los aperitivos al postre, y hasta que el cuerpo aguante…. En España, contamos con una gran tradición en Cataluña de producción de cava en San Sadurní de Noya. La familia Raventós, desde hace casi cinco siglos nos ofrecen maravillas de cava, que nada tienen que envidiar a ningún champagne francés. Mi recomendación es Anna de Codorniu Blanc de Blanc (creado únicamente con uvas blancas), Gran Codorniu, o un Brut de Freixenet. En esta región se elabora el 90% de la producción, aunque también, son muy reconocidos los cavas de La Rioja, como el cava Faustino, Badajoz, Navarra o Valencia.
Para la merienda de Reyes licor de café, y de nuevo Anís de Rute con el roscón van genial.
Esa tarde llenaré el patio y los balcones de caramelos. También, añadiré alguna pelota de plástico (el tesoro más preciado de la cabalgata) Estoy segura de que los niños nos explicarán exactamente, como han llegado hasta allí y quiénes han sido.
Ellos no son conscientes aún, pero algún día se darán cuenta de que el regalo más importante este año es el que va en la carta que ha escrito el Ayuntamiento, que recibirán cuando vuelvan de las vacaciones en el cole, y se materializará en purificadores de aire para sus clases.
Mantener la ilusión, para que de mayores ellos continúen poniendo en práctica lo que vivieron de pequeños.
Feliz Navidad
Paz Melero Reina