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jueves, abril 18, 2024

La gimnasia rítmica: el deporte que ha llegado para quedarse en Puente Genil

El club de gimnasia rítmica se inició el año pasado en Puente Genil gracias a la motivación de Lola, Manolo y Rosa de llevar esta disciplina a pueblos de la provincia cordobesa donde aún no existía. Y la localidad fue la elegida. Los tres profesores de este deporte se encargan de llevar los tres niveles que existen en la escuela así como de los conjuntos de competición y participantes individuales. Y es que no ha hecho falta mucho tiempo para que desde que el primer año que se instalaron en el municipio sus alumnas asistieran como participantes en competiciones de rítmica. 

Hasta el momento, el club ha desarrollado sus entrenos en el pabellón del IES Juan de la Cierva. Un espacio que según ha señalado a este periódico Lola Fernández, una de las profesoras, les ha venido pequeño. “Hemos tenido problemas con las instalaciones porque hemos crecido bastante y no podemos poner una moqueta ni nada”, ha contado Fernández. Sin embargo, momentos después de realizar esta entrevista la entrenadora ha asegurado que dispondrán a partir de la próxima semana del pabellón del IES Andrés Bojollo. Por lo que Fernández ha mostrado su agradecimiento hacia el centro “por su implicación y colaboración con otros deportes que existen en la localidad”. 

Sin embargo, la falta de espacio o altura para el lanzamiento de objetos como las mazas, los aros o las cintas no les ha sido un impedimento para ir creciendo en el municipio. Lola ha querido agradecer también al IES Juan de la Cierva por haber cedido sus espacios durante este tiempo. Un espacio que han utilizado dos días por semana para sus entrenamientos. 

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La gimnasia rítmica es un deporte que sin duda requiere de una gran disciplina y constancia para lograr resultados, pero también uno que  “une bastante y con el que la gente se implica”, afirma la entrenadora. Y es que, a pesar de la incertidumbre de las familias que apuntaron a sus hijas el año pasado, ahora “cada vez están más implicadas”. Y tal es el grado de aceptación de este deporte que este año los grupos han aumentado. Y además, se va abriendo también al género masculino, “es un deporte que no tiene género, este año tenemos al primer chico en la escuela”, detalla.  

Lola y Antonio llevan varios años trabajando en Belmez y Peñarroya pero “queríamos hacer crecer un poco y dar a conocer la disciplina”, cuenta Lola. Y, como ambos conocían a Rosa, decidieron contarle la propuesta. Este fue el inicio del club de Puente Genil, donde asisten también alumnas de otros pueblos como Marinaleda, Estepa o Balodatosa, según ha detallado la entrenadora. Los tres, asegura, están “muy contentos por la acogida que finalmente ha tenido”. 

Este curso, la escuela cuenta con dos grupos de 23 personas cada uno y 33 gimnastas en precompetición, divididas en dos conjuntos. Y es que, según explica Lola, “Este año al meter a niñas del año pasado en precompetición el grupo ha crecido bastante, y ha pasado a haber dos conjuntos, y una individual”. Por lo que  este año pretenden llevar tres conjuntos al campeonato provincial, dos de ellos “con pensamiento de ir a campeonato Andalucía”. 

Pero todo este éxito para llegar a competir a nivel andaluz trae detrás horas y horas de entrenamiento. Concretamente dos horas, dos días a la semana, martes y jueves. En la escuela el entrenamiento es algo más reducido, hora y cuarto también estos mismos días. Según detalla la profesora, en la escuela “puede entrar todo el mundo aunque hay niñas que tienen más condiciones corporales indudablemente pero eso es genético”. Lo más importante para este deporte, sin duda, es “que tengan ganas de aprender, porque hay niñas que tienen que trabajar en casa y se les ve mucha implicación, eso hace que mejoren más rápido”.  Esto es lo que prefiere Lola, “tener a gimnastas que tengan ganas de trabajar y predisposición a que tengan muchas condiciones pero no ganas de trabajar”.

También por la predisposición y atención que requiere para aprender la edad mínima para entrar al club es de cinco años. “Este deporte requiere de un entendimiento, requiere estar pendiente y que tengan una postura, y entiendo que empezar a tan temprana en cualquier deporte competitivo lo que les produce es rechazo porque la niña se acaba cansando”. Por ello, los entrenadores prefieren “que vaya por propia voluntad”. 

Actualmente las gimnastas oscilan entre los 5 y los 18 años, aunque esta diferencia de edad no ha impedido el buen ambiente de trabajo. A pesar del alto número de alumnas, la escuela sigue recibiendo inscripciones y aceptando a gente ya que “siempre suele haber alguna baja”. Por ello, cuenta Lola, siguen recibiendo inscripciones a través de su página web www.grpuentegenil.es y poniéndose en contacto con alguna familia para cubrir alguna plaza. 

La disciplina, señala Lola, “tiene partes de muchas otras porque implica lanzamientos, recepciones, los niños juegan con pelotas, aros…desde que son pequeñas”, algo que “implica mucha constancia y les forma el carácter”. La maestra de educación física sabe en primera persona “el sacrificio que requiere”, por ella y por su propia hija. Sin embargo, defiende que “es un mundo muy bonito una vez que te metes, conoces a gente muy buena en los campeonatos y al final, eso es lo que te llevas, las amistades”. Ahora es ella, junto con Antonio y Rosa los que tratan de formar esa pequeña familia gracias a la gimnasia rítmica en Puente Genil.


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