Los embalses andaluces encuadrados en la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG) han recibido un total de 773 hectómetros cúbicos en lo que va de año hidrológico, entre el 1 de octubre y el 31 de septiembre, lo que supone un 61 por ciento menos de la media de los últimos 25 años, un estado dramático que lleva al campo andaluz a una situación agónica.
La CHG celebra este lunes una nueva comisión de desembalse que se presenta esencial para los agricultores, si bien desde la última celebrada el pasado 2 de marzo “no ha habido cambios sustanciales en cuanto a precipitaciones, ni en cuanto a aportaciones”, según señala a EFE el presidente del organismo, Joaquín Páez.
De esta manera, según explica, en el actual año hidrológico tan solo ha habido “una precipitación de 292 litros por metro cuadrado”, lo que supone “un 20 por ciento menos de la media de los últimos 25 años”, mientras que el agua que ha llegado a los embalses “ha sido de 773 hm3”, es decir, un “61% menos del agua de la media en los últimos 25 años”.
Unos datos que llevarán a la CHG a “mantener básicamente las previsiones” de un desembalse de “entre 375 y 400 hm3” y que las dotaciones máximas sean de “700 metros cúbicos por hectárea”, si bien se estudiarán las peticiones que surjan de la comisión.
Esto significa un recorte del 88,3% respecto a la dotación concesional, que es de 6.000 metros cúbicos por hectárea y que es la que se aplica en un año hidrológico normal. En relación con el ejercicio pasado, la reducción es de 1.050 metros cúbicos por hectárea (se les asignaron a los regantes 1.750), un 60% menos.