Han pasado ya quinces días y nada se sabe del afortunado ganador del bote de 41 millones del sorteo de Euromillones del pasado viernes 27 de diciembre. El tiempo corre y también el plazo para cobrar el premio, ya que el dueño del boleto agraciado debe hacerlo antes del 27 de marzo, cuando se cumple el límite para ello. De no hacerlo, lo perderá.
La suerte quiso que el bote del Euromillones del viernes 27 de diciembre tocara en el despacho receptor número 27.360, situado en la calle Susana Benítez, número 27, del municipio cordobés de Puente Genil (30.000 habitantes). Este pequeño local es un punto mixto de venta, que lo mismo despacha un boleto de Euromillones que vende hilos, ya que funciona a la vez como mercería de nombre ‘La aguja de oro’.
El anónimo agraciado con los 41 millones disponía de 90 días a partir del día siguiente del sorteo para reclamar el premio, ya que si no, lo perderá. El cobro de los premios de los sorteos tiene en España fecha de caducidad.
Por raro que parezca, no es la primera vez que algo así ocurre. Un ciudadano británico perdió un millón de libras en 2003. En este caso, disponía de 180 días desde la celebración del sorteo para reclamar el premio. Puesto que nadie lo hizo, el millón de libras fue a parar a causas benéficas.
El despacho receptor número 27.360, situado en la calle Susana Benítez número 27, validó el único boleto acertante de Primera Categoría (5 + 2) validado en España. Sin embargo, nadie lo ha reclamado.
La persona que apostó por la caprichosa combinación 12, 22, 27, 33 y 45 no ha recogido el premio. Aunque en el pueblo confían en que es alguien de la localidad, de 30.000 habitantes, todavía continúa siendo un misterio quién es el ganador y por qué no ha aparecido ya.
«Lo más probable es que sea alguien del pueblo», dicen desde la administración desde la que vendieron el premio, que desde entonces no ha dejado de recibir un inesperado aluvión de personas para probar suerte en el mismo lugar.
Entre tanto, hay impaciencia por conocer el destino de los 41.205.363 euros del boleto premiado; una suculenta cantidad más que suficiente para cambiar la vida de su legítimo dueño o dueña, al menos en términos económicos.
La cuestión, a este respecto, es que hay también un plazo para hacer el reclamo. Si no se cumple, el ganador podría perder el premio, por lo que donde quiera que esté ha de saber que se disponen de 90 días para solicitarlo. Por eso, en algún momento antes del 27 de marzo el agraciado o la agraciada debería reclamar el dinero.
Pese a lo inverosímil, no sería la primera vez que un premiado pierde el cuantioso botín, dado que ya lo ocurrió en 2003 a un ciudadano británico que perdió un millón y medio de libras que fueron a parar a causas benéficas al no ser reclamado.