Hoy ha comenzado en Puente Genil, la Pasión con la primera salida procesional de San Juan y La Reina de los Mártires y el Vía Crucis y Matris del Calvario.
Los recorridos se mantienen sin variación a los tres últimos años, en los que se introdujeron dos modificaciones. El Domingo de Ramos continuará procesionando en horario de mañana. Por su parte, el Lunes Santo, la procesión del Señor de la Cena y Nuestra Señora del Amor volverá a celebrarse coincidiendo con los coraceros de la Corporación de los Testigos Falsos como custodios. El nuevo recorrido de la cofradía de la Santa Cruz, el Señor de los Afligidos y Nuestra Señora del Rosario sigue consolidándose tras el cambio de sede canónica en la Semana Santa de 2022, cuando dejó de procesionar por el casco histórico. Partiendo de la parroquia de San José, continúa con su recorrido independiente por la feligresía en un horario más temprano: saldrá a las 17.30 y regresará a su templo antes de las 22.00 horas. Como novedad, la hermandad continúa con el dorado del paso, que realzará el esplendor de uno de los misterios de mayores dimensiones.
La Cofradía del Cristo del Calvario y Nuestra Señora del Consuelo continúa su labor en favor del patrimonio artístico. Su estación penitencial tendrá lugar el Martes Santo, partiendo desde su casa hermandad en la calle Lemoniez.
El Miércoles Santo destaca en Puente Genil por su colorido y carácter ecléctico. Desde la mañana, los cuarteles de las 69 corporaciones bíblicas abren sus puertas para mostrar sus ropajes, rostrillos y martirios. Por la tarde, la multitud se congrega en el compás que forman las iglesias de Nuestra Señora de la Concepción y la Asunción para presenciar la salida de las cuatro cofradías que realizan su estación penitencial. Abre la jornada la Cofradía de Nuestro Señor del Lavatorio, seguida de la Hermandad de Nuestro Padre Jesús en la Oración del Huerto y María Santísima de la Victoria. A continuación, procesionan Nuestro Padre Jesús de la Humildad y Paciencia y Nuestra Señora de la Amargura.
El Jueves Santo, Día del Amor Fraterno, se vive en Puente Genil con dos grandes focos de atención. Por un lado, el majestuoso desfile del Imperio Romano, que este año estrenará dos pasodobles, como manda la tradición. Por otro, desde la ermita de la Veracruz procesionan la antigua ima gen del Señor de la Columna, la Veracruz, el Señor Preso y María Santísima de la Esperanza, acompañados por figuras bíblicas del Antiguo y Nuevo Testamento.
El Viernes Santo es el día más significativo de la Semana Santa pontana, un momento de gran implicación para todos. Desde el amanecer hasta altas horas de la madrugada, pontanenses, visitantes y turistas se unen para vivir intensamente la jornada, compartiendo emociones y experiencias que hacen única la Mananta pontana. Los momentos más emotivos del día se suceden con la procesión del patrón de Puente Genil. Al amanecer, se presenta en la plaza del Calvario mientras suena la vibrante diana a las 6.45 horas. Hacia las 8.00, las figuras bíblicas realizan sus reverencias en la calle Santa Catalina. Al mediodía, el recorrido pasa por la bulliciosa calle Don Gonzalo para desembocar en la Plaza Nacional (antigua plaza de la Constitución), donde se escenifica la Sentencia de Pilatos. Durante la mañana procesionan el Cristo de la Misericordia y Nuestra Señora del Mayor Dolor, mientras que por la noche, desde la ermita del Dulce Nombre, lo hacen el Cristo de la Buena Muerte, San Juan, Nuestra Señora de las Angustias y María Santísima de la Soledad.
El Sábado Santo, con la presencia de autoridades civiles y religiosas y el luto en los penachos de los romanos, procesionan el Santo Sepulcro y Nuestra Señora de las Lágrimas.
Los diez días de pasión culminan el Domingo de Resurrección con el desfile de figuras bíblicas del Antiguo y Nuevo Testamento, alegorías y símbolos religiosos, junto a Jesús Resucitado y Nuestra Señora de la Alegría.
La Semana Santa de Puente Genil es una de las celebraciones más singulares y arraigadas de Andalucía. Declarada Fiesta de Interés Turístico Nacional de Andalucía (aspira a ser reconocida de Interés Turístico Nacional), combina religiosidad, historia y cultura con una puesta en escena inconfundible que la distingue de otras conmemoraciones en España.
Uno de los aspectos más característicos de la Semana Santa pontanesa es la presencia de figuras bíblicas, encarnadas por personas ataviadas con túnicas y máscaras doradas conocidas como rostrillos. Estos personajes forman parte de las Corporaciones Bíblicas, agrupaciones que recrean episodios del Antiguo y Nuevo Testamento, aportando teatralidad y solemnidad a los desfiles procesionales y que son la gran aportación pontana a la Semana Santa andaluza por la diversidad de figuras que procesionan (más de 350) durante la celebración.
Durante toda la semana, las diferentes hermandades recorren las calles del municipio con sus imágenes sagradas. Entre ellas, destacan pasos como el de Nuestro Padre Jesús Nazareno, popularmente conocido como El Terrible, y el de la Virgen de los Dolores, que despiertan fervor entre los asistentes.
La música es otro elemento esencial de esta celebración. Las bandas interpretan solemnes marchas procesionales, mientras que los figurantes hacen sonar las tradicionales campanitas, pequeñas campanas de mano que marcan el ritmo y anuncian su presencia en los cortejos.
Más allá de las procesiones, las corporaciones bíblicas celebran reuniones en las que recitan textos religiosos, representan pasajes de la Biblia y comparten momentos de convivencia, fortaleciendo el sentido comunitario de la festividad.
Por eso, no hay que olvidar los días claves de la celebración. El Viernes de Dolores comienza la Semana Santa con los primeros actos y procesiones. El Domingo de Ramos inicia su recorrido procesional la Borriquita. El Jueves y el Viernes Santo son los días de mayor intensidad, con múltiples imágenes en las calles y el protagonismo de las corporaciones. Por último, el Domingo de Resurrección es el cierre festivo con la procesión del Resucitado.
Sin duda, la Semana Santa de Puente Genil es más que una celebración religiosa, es una manifestación de fe, historia y arte que envuelve a quienes la viven en un espectáculo visual y sonoro inolvidable que desde hace décadas se ha convertido en una de las más peculiares de Andalucía, aspirando también a que sus rostrillos sean declarados Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la Unesco.