Foto: Pilar Bascón, Psicología.
Ante el inminente comienzo del curso escolar 21/22, a los padres les preocupa una serie de patologías. Muchos niños requieren de una estimulación a través de la atención temprana. Por ello, nos ponemos en manos de las profesionales y profundizamos sobre este asunto y cómo ha influido la pandemia en él. El Hospital de día Parejo y Cañero dispone de un gabinete de
OK: ¿Qué es la estimulación temprana y qué importancia tiene?.
La estimulación o atención temprana fomenta tanto el desarrollo psicomotor del bebé como su
desarrollo cognitivo y es esencial en los primeros años de vida. La estimulación temprana es el conjunto de medios, técnicas y actividades con base científica que se aplican de forma
sistemática y secuencial. Se emplea en niños/as desde su nacimiento hasta los 6 años, con el
objetivo de desarrollar al máximo sus capacidades cognitivas, físicas, emocionales y sociales,
evitar estados no deseados en el desarrollo y ayudar a la familia a llevar a cabo con eficacia y autonomía el cuidado y estimulación de su hijo/a.
OK: ¿Ha influido la pandemia en ese proceso?.
La pandemia ha impedido que esta estimulación se lleve a cabo de forma normal y los menores se han visto recibiendo solamente la estimulación dentro del hogar que además se ha caracterizado por un notable aumento en el uso de las nuevas tecnologías en la estimulación de nuestros bebés.
OK: ¿Se ha notado un incremento de casos debido a ello?.
Hemos notado que todo esto ha influido muy notablemente en los menores nacidos en el año
2019, que han perdido unos meses claves de interacción con el exterior para su correcto
desarrollo evolutivo. Se observan numerosos casos en los que presentan dificultades en la
adquisición del lenguaje, en la atención, la imitación, la interacción con iguales e incluso en la
adquisición del juego simbólico. Por todo esto, es clave que la intervención con aquellos/as
menores en los que se aprecia un retraso en su desarrollo evolutivo se lleve a cabo cuanto antes y de manera interdisciplinar si fuese necesario.
OK: ¿Cuáles son las señales de alerta para pensar que mi hijo/a puede tener un retraso en su desarrollo?.
Ante todo, tenemos que dejar muy claro que presentar un cierto retraso en el dominio de
algunas habilidades no siempre indica que nuestro hijo/a tenga un retraso evolutivo o trastorno del desarrollo.
Los/as menores no tienen un mismo ritmo de aprendizaje ni adquieren sus habilidades en el
mismo momento temporal. Pero si hay unas señales de alerta que los padres podemos
reconocer fácilmente para detectar cualquier posible problema en el desarrollo de nuestros
hijos/as. Las señales de alerta para los niños/as de los dos años de edad a los tres son las
siguientes: no imita acciones o palabras; presenta numerosas rabietas y desproporcionadas;
posee un vocabulario…
OK: ¿Qué hacer si mi hijo/hija presenta alguna señal de alerta?.
Ante todo, no hay que alarmarse, hay que tener en cuenta que cada niño/a tiene un ritmo en su desarrollo. Si notamos que nuestro hijo/a presenta alguna señal de alerta, ante todo debemos llevarla al profesional correspondiente para que nos aconseje. Es importante una detección temprana y una intervención directa, y esta debe ir pautada por los profesionales sanitarios especialistas.
OK: ¿Cómo puedo estimular a mi hija/o en casa?.
Es importante que la estimulación se haga de forma lúdica y con rutinas y objetos cotidianos del día a día. Por ejemplo, con lo más pequeños desde los 18 meses podemos jugar al pilla-pilla, a patear pelotas, fomentar y ayudarlo a que se agache y que salte y suba y baje escaleras. Podemos dejarle garabatear y hablarle y fantasear sobre su dibujo, enroscar tapones, o hacer torres. Aumentarle el vocabulario, nombrándole a personas conocidas y objetos de la casa, alimentos, señalar las partes del cuerpo. Es importante que le hablemos de manera suave y cariñosa y que favorezcamos un ambiente tranquilo.
Entre los 2 y 3 años, podemos hacer bailes con ellos, y jugar a imitar movimientos. Dibujar con líneas y círculos, y comentar y hablar sobre sus dibujos. Clasificar objetos por color, tamaño o forma, leerle libros y comentar las ilustraciones, jugar a repetir números y palabras, y lo más importante, prestarle atención a todo lo que diga y responder todas sus preguntas. Tenemos que ser conscientes que los niños/as aprenden por imitación y que el lenguaje es funcional; si no le fomentamos la necesidad de hablar, su desarrollo del lenguaje será tardío. También es importante favorecer su autonomía, dejándole participar en su vestimenta, en tareas del hogar y en su alimentación.